jueves, 1 de julio de 2010

EL CRIMEN AMBIENTAL QUE DEBEMOS COMBATIR


01 de Julio del 2010

PUNO | El fin de semana, el colapso de un dique de contención que retenía miles de toneladas de relave de la empresa minera Caudalosa Chica, inundó varios ríos en la localidad de Opamayo, en Huancavelica, la región más pobre del país. El daño ecológico es irreversible, pues más de 30 kilómetros de las aguas en el área de influencia, yacen envenenadas.

Ante esto, el ministro de Medio Ambiente, Antonio Bragg Egg, salió presto a decir que a la empresa responsable se le aplicaría el modificado Código Penal que agrava los delitos contra la ecología, que entró en vigencia el 1 de enero del 2009, y no descartó que se contemple hasta pena de cárcel. Todos estamos de acuerdo con esto, nadie se opone a que el peso de la ley caiga contra estos Herodes del medio ambiente. Porque son claramente identificables: la empresa minera Caudalosa Chica... sus representantes legales, perfectamente ubicados con domicilio legal comprobado por la SUNAT, cercados por los ministerios de Trabajo, del Medio Ambiente, etcétera. Esa es la ventaja para las víctimas y la gran desventaja para ellos, el ser formal.

Sin embargo, existen muchas otras empresas informales, que no son ni caudalosas, pero sí muy chicas, que no tienen diques para contener sus contaminantes mineros; sino que todos los días y a todas horas, envenenan nuestros ríos, matan la poca flora y fauna que tenemos, y acaban de a pocos la vida en el lago Titicaca. Ellos no tienen nombre, sus representantes legales son totalmente anónimos; pero eso sí, tras las sombras se mueve un congresista puneño.

Estos demonios informales, que dicen ser artesanales, la pasan de lo mejor, porque para el Estado de Derecho no existen, no tienen RUC, no se sabe quiénes son sus representantes legales, y menos se sabe cuántos son. A cada instante botan sus desechos mineros. Como verán, ellos contaminadores en toda forma y cantidad, tienen impunidad: nadie choca contra ellos, porque son fantasmas.

Lo peor es que ellos se burlan también de las leyes laborales; explotan a sus trabajadores -desde niños-, de la forma más abyecta y vil; a las pobres mujeres las usan como recolectoras o como objetos sexuales. Miren nomás lo que pasa en La Rinconada y otros socavones miserables.

Estos mineros informales hay por doquier en esta sufrida región, pero hasta la fecha, ni los gobiernos: nacional, regional o local, ni ningún algún candidato ha propuesto combatirlos. Es cierto. Son numerosos y tienen votos, pero olvidan que cargan dinamita, mercurio, cianuro...

Como el miedo no es sonso, prefieren combatir y hablar mal de la gran minería. Ojo, no estamos defendiendo a Caudalosa Chica, es más, pedimos que se aplique el máximo peso de la ley, y que si la empresa se hace la angosta o se declara en quiebra, que el Estado asuma los pasivos ambientales, que cure el veneno en Huancavelica.

Dejémonos entonces de hipocresías, si se quiere combatir a la contaminación que producen los relaves mineros, combatamos absolutamente todos.

Acá no se puede decir que los mineros informales contaminan solo un poco, no tanto como los medianos o grandes mineros. En el robo al Estado, no hay monto, así se debe de pensar en el caso de la minería. Y realmente se requiere de una política destinada a la desaparición de estos criminales ambientales, porque solo nos entregan relaves, no progreso.


 http://www.correoperu.com.pe/correo/columnistas.php?txtEdi_id=18&txtSecci_parent=&txtSecci_id=71&txtNota_id=383741&txtRedac_id=002

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